
Piñel de Abajo es una localidad situada en la comarca de Peñafiel y situada en un valle secundario del Río Duero que se dirige, en dirección norte, hacia Piñel de Arriba. Cuenta en la actualidad con unos 200 habitantes.
Posee un entorno natural que ha sido recuperado especialmente por la labor de los habitantes del municipio, organizados en asociación cultural, y en su término municipal se concentra una alta densidad arbórea fruto de esta labor comunitaria.
Cuenta con numerosos servicios, como la piscina municipal para el estío, bar social o Guardia Civil. El caserío tiene una vertebración medieval de sus calles, algunas casas de madera y piedra, y en la plaza mayor se halla el Ayuntamiento que fue levantado en el siglo XIX.
Coronando la localidad se halla la iglesia parroquial, dedicada a San Pelayo, cuya festividad es el 26 de junio. Presenta, en la actualidad, tal templo, una gran nave con capillas laterales dispuestas entre contrafuertes, con balcón corrido entre ellas, para contemplar el culto. El presbiterio se cubre con una bóveda notable en forma de terceletes, y en este espacio se halla un gran retablo mayor, del siglo XVII, que contiene lienzos y una imagen del titular de la iglesia.
En ambos lados del retablo mayor se hallan otros dos de estilo rococó, esculpidos en Peñafiel por Miguel Portilla. La sacristía es un pequeño museo en el que se reúnen piezas de platería y orfebrería, bordados antiguos, arquetas de marfil, insignias de cofradías, y otros elementos utilizados en la liturgia antigua y que demuestran el alto nivel adquisitivo y artístico de esta parroquia.
La Ermita del Santo Cristo de la Vega se encuentra en la salida hacia Pesquera de Duero y se trata de un humilladero de dos puertas, cuyo espacio cuadrangular se cubre con bóveda de yeserías y en su interior se halla la talla del Santo Cristo, en forma de Jesús Nazareno. Por delante de dicha ermita existió una gran olma que se convirtió también en el símbolo de la localidad.
Otra joya patrimonial es la piscina municipal, construida a pico y pala por los jóvenes de la localidad a finales de los años 60, y que es la 2ª más antigua de la provincia de Valladolid, destacando la sobriedad de la estructura del vaso de adultos, que es la original y se conserva en perfecto estado. En la actualidad, las instalaciones están en proceso continuo de mejora, renovándose poco a poco cada año.